Nov
24
Por: Diana Jaramillo
Todo lo que ofreces al mundo es retornado a ti de una u otra manera según la intención con la que lo has enviado.
Al aprender a dar y recibir desde el amor en tu corazón, abres el fluido de la alegría, la paz y la abundancia en tu vivir.
Recibir es tan sagrado como dar. Las dos, representan formas de expresarte en la vida. Cuando permaneces centrado solo en el dar y te cierras a recibir (o viceversa), estas resistiéndote al crecimiento y al balance personal.